La dirección estratégica de la empresa se relaciona con lo que va más allá del día a día.
Dirigir una empresa puede ser eso que hacemos diariamente, crear un producto, vigilar las ventas, en pocas palabras administrar.
En cambio, la dirección estratégica consiste en establecer una serie de estrategias con objetivos que permitan cambiar la situación de la empresa para mejorarla.
No es solo ser el gerente haciendo el día a día, sino marcarse los objetivos, planificar acciones y controlar que estas cumplan con los objetivos planteados.
¿Por qué es importante la dirección estratégica?
Imagina vas a utilizar el GPS y para su correcto funcionamiento necesitas dos datos, punto de partida y destino.
Lo mismo aplica para la empresa, necesitas saber dónde te encuentras actualmente y para dónde vas.
En ese sentido, la dirección estratégica es como el “GPS de tu empresa” y se encuentra dividida en tres frases fundamentales.
Fases de la dirección estratégica empresarial
- Análisis estratégico
- Elección estratégica
- Implantación estratégica
Con el análisis estratégico buscamos conocer la situación de la empresa, el entorno, que nivel de beneficios obtenemos, nivel de ventas y a partir de aquí generar unas perspectivas de futuro creíbles.
Una vez conocemos la situación de la empresa, pasamos a la segunda fase, la elección estratégica. Establecemos una serie de posibilidades para la compañía y escoger la que mejor se adapte a los objetivos.
Por ejemplo, la empresa puede decidir trasladar la producción a otro territorio, comprar maquinaria, crear más productos, centrarse en un mercado determinado.
Luego de decidir qué hacer empezamos a hacerlo con la Implantación de la Estrategia, analizamos cómo debemos implantarla y controlarla.
Verificamos que realmente se cumple el objetivo deseado, porque, por ejemplo, una empresa desea aumentar sus ventas en un 20%.
Y tras implementar la estrategia las ventas bajan en un 10% estamos haciendo las cosas mal y debemos tener ese control para saber si realmente vamos en el camino indicado.
En definitiva, la dirección estratégica pretende conseguir unos objetivos determinados.
No se trata del día a día, ir improvisando a partir de lo que sucede.
Debemos tener unos objetivos y conocer cuáles son las posibilidades de mercado y uno de estos son elementos externos a la empresa.
Por ejemplo, saber qué está haciendo la competencia, si lo sabemos, podemos diferenciarnos respecto a la misma o aprovechar los elementos positivos de sus acciones.
Al crear una empresa no somos un elemento aislado del mundo, lo que afecta nuestra compañía afecta al resto de empresas y a la competencia.
Si nuestra competencia busca abaratar costos, debe ser por una razón.
No se trata de copiar, sino hacer algo parecido. Si no tenemos presente lo que hace la competencia, ni un rumbo, ni estrategia, al final la competencia terminará “comiéndonos”.
Por todas estas razones debemos implementar la dirección estratégica en nuestra empresa o emprendimiento. En cierto sentido, la estrategia en los negocios será la que nos permita ahorrar mucho dinero, sobre todo en las etapas iniciales del proyecto, ya que un producto sin track es riesgoso y no querrás perder tu patrimonio en una idea sin futuro.
La dirección estratégica termina siendo a fin de cuentas ese «paracaídas» que te permitirá aterrizar sano y salvo en tus finanzas antes de terminar perdiendo millones.
El poder hacer un análisis estratégico de la situación, elegir la mejor solución para el problema y posteriormente implementarlo rápidamente permitirá que tu empresa sortee, cualquier situación económica negativa, el mercado puede cambiar, tu competencia puede ganarte, al final se trata de estar preparados y con estos conocimientos no entrarás a ciegas.
Si tienes dudas sobre el tema, déjalo en los comentarios o bien no dudes en ponerte en contacto, con gusto te asesoraremos.